Por quê a esquerda deve defender o software livre?
Diego Saravia y Rafael Rico Ríos
Recientemente
se ha publicado en Rebelión algún artículo que podría poner en duda la
defensa del Software Libre por parte de la izquierda. Sin embargo,
muchos de los lectores habituales de Rebelión, que conocen a fondo el
tema del Software Libre, las Tecnologías de la Información y
Comunicación, TICs, y el Conocimiento Libre, defienden la libertad del
conocimiento como punto fundamental de la izquierda.
Mucho se publica sobre Software Libre pero quizás no queden claro
las razones fundamentales para defender el Software Libre y la
importancia que tiene en la nueva era de las TICs.
La humanidad, en su desarrollo, ha transitado por los caminos
trazados por la evolución en la gestión del conocimiento. El primer
intercambio importante de información entre seres humanos comenzó con
el lenguaje oral. La escritura marcó el inicio de la “historia”
permitiendo la transmisión de experiencias, conocimiento e información
en el tiempo. La imprenta facilitó la difusión masiva de conocimiento e
ideas, dando paso al desarrollo científico-técnico y, con él, a la
revolución industrial y al capitalismo. Actualmente, con el desarrollo
de las TICs, el conocimiento y la información se puede multiplicar,
difundir y transmitir instantáneamente a cualquier parte del mundo.
Esto tendrá unas consecuencias imprevisibles en la sociedad, entramos
en una nueva era, la era del conocimiento.
El concepto de Software Libre
La clave para entender la importancia del Software Libre está en lo
que llaman “La Propiedad Intelectual” y su implicación en la
acumulación de capital. El Software Libre habla de 4 libertades en este
sentido:
0 La libertad de usar el programa, con cualquier propósito.
1 La libertad de estudiar cómo funciona el programa y modificarlo, adaptándolo a tus necesidades.
2 La libertad de distribuir copias del programa, con lo cual puedes ayudar a tu prójimo.
3 La libertad de mejorar el programa y hacer públicas esas mejoras a los demás, de modo que toda la comunidad se beneficie.
La primera de las libertades, la del usuario, la libertad para usar
el programa, es la que la mayoría de los usuarios conoce, es la que, en
principio, le afecta directamente. Que si es gratis, que si en países
como Cuba se puede usar sin restricciones (las licencias de Software
Privativo limitan su uso en determinados países por intereses políticos
de las transnacionales del software), que si las copias son legales,
etc.
Pero la segunda libertad, la libertad de estudiar el código,
significa soberanía e independencia frente al dominio de las
transnacionales. El software privativo es como una caja negra que se
desconoce su funcionamiento. Se restringe la libertad de conocer cómo
funciona para controlar el negocio.
Tenemos un ejemplo claro con lo que pasó con Petróleos de Venezuela,
PDVSA, en el año 2003. Ante la inminente nacionalización de la
industria petrolera por parte del gobierno venezolano, la derecha
organizó un paro petrolero que durante varios meses paralizó la
economía del país. El PIB llegó a bajar más de un 20%. El estado trató
de recuperar el control de su industria pero el “cerebro” de PDVSA
estaba controlado por empresas privadas de software privativo que
impedían la recuperación del control de la industria. Un país entero
sometido a través del control del Software.
El control del conocimiento y la tecnología es una forma de dominación tan poderosa como la económica o, incluso, la militar.
Cada vez más procesos de nuestra vida cotidiana se controlan por
Software, no sólo en nuestro ordenador o computadora, también en
nuestros celulares o dispositivos portátiles, cualquier operación
bancaria, cualquier compra, cualquier gestión administrativa, etc.
Todos estos procesos se controlan por software. Si nosotros no
controlamos el software, el software nos controlará a nosotros.
La cuarta libertad permite mejorar el programa y distribuir las
mejoras. El restringir esta libertad frena el progreso y el desarrollo.
El Conocimiento, por su naturaleza, se puede compartir, no es
exclusivo, y se multiplica. Compartir una idea con algunos compañeros
permite mejorar la idea, hacerla crecer, y, si son cientos o miles, a
través de internet, la idea se “dispara”. Frenar este proceso creativo
es frenar el desarrollo.
La pregunta, ¿Por qué la izquierda debe defender el software libre?
Si pensamos que la izquierda defiende a los trabajadores y la derecha a los capitalistas, la respuesta es automática.
El Software Libre evita la capacidad del capital intelectual
propietario de generar renta porque crea un conjunto de software que
puede ser usado, estudiado, replicado y modificado sin límites, y en
forma gratuita, y que, además, compite eficazmente con el modo anterior
de producción de software.
En el campo del software, si se impone el Software Libre, sólo se
podrá ganar dinero brindando servicios y programando todas las tareas
que requieren trabajo de alta capacidad.
Se termina así la explotación básica de pagar un sueldo a un
programador y luego recibir dinero por cada copia de su trabajo que se
distribuye.
Es necesario recalcar que quien rentabiliza el trabajo intelectual
del creador, no es el trabajador, es la empresa que se apropia de su
trabajo al registrar la propiedad intelectual para su beneficio. Es
decir, los empresarios no sólo se apropian, tumbados en su hamaca, del
trabajo del trabajador, sino, que, además, con la rentabilidad de la
propiedad intelectual, una vez finalizado el trabajo, con la
reproducción ilimitada y la distribución del producto, seguirán
beneficiándose en su hamaca sin que nadie esté generando riqueza real.
La Propiedad Intelectual es una poderosa forma de explotación y de
dominación. El único país en el mundo con balance positivo en
intercambios de rentas virtuales, es decir, que se beneficia de las
leyes que protegen a la propiedad intelectual, es EEUU. Inglaterra está
balanceada, ni gana ni pierde, y el resto del mundo pierde.
El Software Libre e Internet
Internet permite que la difusión del conocimiento no esté ligado a
un soporte físico. Este hecho modifica las relaciones de producción de
conocimiento.
Se ha demostrado que, con Internet -estructurada con Software
Libre-, la creación de software, habilitada la colaboración universal
por la libertad y el derecho a la solidaridad digital, es más
eficiente. Además, su propia dinámica reproductiva es superior a la del
software privativo. Por lo tanto, es materialmente imparable. No es una
cuestión de ideología o de decisiones políticas, su crecimiento forma
parte de la estructura económica de base de las sociedades del
conocimiento generadas por Internet.
El Software Libre en la Sociedad del Conocimiento
El crecimiento del capital intelectual opera como un “escape” del
sistema capitalista a las limitaciones materiales, energéticas y
ecológicas. Nuestro planeta es finito, la cantidad de capital y su
valor está limitado por los recursos y la energía. En cambio, el
capital intelectual puede crecer infinitamente y así dar cada vez menos
participación del ingreso al trabajo. Licuar este capital es esencial
para que se cumplan las predicciones marxistas sobre la baja de las
tasas de ganancia dada la saturación en capital de las economías
centrales.
Por tanto, en la Sociedad del Conocimiento, la contradicción
fundamental es entre la libertad del conocimiento y la privatización
del conocimiento.
El concepto de conocimiento libre es equivalente, en las sociedades
del conocimiento, al concepto de capital en las sociedades industriales.
El punto central del conflicto político en las últimas centurias fue
sobre la propiedad privada o pública de los bienes de producción. El
conflicto central de las nuevas sociedades del conocimiento será sobre
la libertad, o no, del conocimiento que será fundamental en las nuevas
formas productivas y comunicativas.
Los debates internos
Esta verdad es, sin embargo, incomprendida por muchos de los que
defienden las ideas del Software Libre sólo como una forma de ética,
las 4 libertades, en definitiva, sólo como una forma ideológica que
amplia el concepto de los derechos humanos a la era de las sociedades
del conocimiento estableciendo como derecho humano fundamental el
derecho a conocer, comunicar y ampliar las tecnologías que cada uno
usa. Derecho sin el cual quedaríamos atrapados en la red de máquinas
que usamos para vivir.
Es decir, muchos sólo ven en el Software Libre la ideología del
derecho humano pero no su poderosa capacidad transformadora de la
sociedad, sobre la cual se sustenta esta ética. Si Stallman se hubiese
limitado a enunciar sus ideas y no hubiera creado (junto a otros) el
software necesario con el contenido “viral” de la Licencia Pública
General, GPL, nada hubiera acontecido.
Las comunidades de Software Libre suelen enfocarlo sólo como una
cuestión ética, independiente de la cuestión de su efectividad
materialista, que es mejor percibida por los defensores del “Open
Source”, quienes lo ven como un medio y mecanismo para producir mejor
software. Desde ambos posiciones, algunos insisten en que el Software
Libre no es una cuestión política.
Muchos también rechazan la consigna de que todo el conocimiento sea
libre y sólo hablan del conocimiento funcional o útil, como diciendo
que no son socialmente necesarias otras expresiones como el arte.
También hacen la diferencia entre derecho de autor, marcas y
patentes. Lo cual, si bien es correcto desde el punto de vista legal,
desde el punto de vista económico todas estas formas crean capital
virtual. Crean escasez donde naturalmente no la hay. El conocimiento no
es naturalmente escaso, es necesario aplicar la fuerza policial del
estado para reprimir el compartir. Si yo me como una manzana, nadie mas
podrá comerla, si yo comparto una idea, todos podemos usufructuarla, no
pierdo mi idea e incluso se multiplica y se mejora.
A través de Internet, las ideas se difunden, se multiplican y mutan
a escalas inimaginables, y esto, en el caso del Software, es imparable.
Desde estas comunidades “sólo éticas”, se construye la idea de que
libre no es gratis. Aunque la realidad muestra claramente que al
Software Libre se “baja” de Internet sin costo adicional a la
existencia de la red, y sin pagar a sus autores o distribuidores. En
realidad es gratis, que no está mal, y es esencial a su perfil de
instalación .
Dentro del movimiento del Software Libre, las derechas liberales,
que tienen como punto de partida que el Software Libre destruye a los
monopolios, y las izquierdas, por los argumentos que hemos mostrado,
tienen cabida en el debate.
El Software Libre, y sus comunidades, generan ámbitos de debate y lucha social.
La influencia sobre la sociedad
El movimiento social del Software Libre es uno de los pocos
movimientos de resistencia que, a escala global, ha logrado ofrecer una
alternativa global a lo que se opone. Hoy cualquiera puede desarrollar
sus actividades informáticas prácticas con casi el 100% de Software
Libre. Internet funciona en su mayoría con Software Libre.
Sus conceptos están contribuyendo y aportando a la construcción de
nuevas formas económicas en redes participativas. En estas nuevas
formas de organización, cada trabajador opera con su propio capital y
regula sus tiempos y formas de trabajo, es dueño de sus medios de
producción, y, en cooperación con otros trabajadores, a través de
internet, tiene la posibilidad de competir con las grandes industrias
del software.
Se está produciendo una mutación en las relaciones de producción de
consecuencias impredecibles y, para algunos, imperceptibles, a través
de los cambios que generan las TICs y su espectacular impacto en las
transacciones de información y conocimiento.
Las redes y el software coordinan. Hasta ahora, se han necesitado
grandes capitalistas y mandos industriales para coordinar, administrar
y controlar (Fordismo), poco a poco, este hecho, está sufriendo una
transformación. A medida que los humanos se han ido capitalizando (al
menos en las sociedades centrales) éste importa menos y no puede
generar tanta renta (falta de escasez) y, a medida que la informática
puede coordinar, tampoco se necesitan mandos ni controles (”ni amos ni
patrones”). Por lo tanto, el futuro de la producción industrial podría
estar dirigiéndose a una producción distribuida y, quizás, sin
explotación.
La Izquierda
Ante esta última afirmación, sea arriesgada, descabellada, acertada
o equivocada, la izquierda debe de anticiparse y asumir la grave
responsabilidad de analizar estos procesos y no continuar rezagada a
remolque de las Think Tanks de derechas.
Hay
que prestar atención a estos fenómenos. Hay que pensarlos, analizarlos
y participar. La izquierda, y sus conceptos, tienen un futuro brillante
en la nueva era que se avecina. La contradicción fundamental de la
sociedad capitalista podría estar mutando en esta nueva era, como lo
hizo con las sociedades agrarias, o el feudalismo. Entramos en otra
era. Las contradicciones podrían ser otras, las clases sociales otras,
las luchas otras. El límite podría dejar de ser el capital y sería el
conocimiento, y, quienes se lo apropien en forma exclusiva, serán los
privilegiados. Por tanto, es fundamental para la izquierda defender que
el conocimiento sea libre.
De cara a la sociedad, es esencial que los pensadores y militantes
de izquierda, se apropien (en forma no exclusiva) de este conocimiento
para usarlo en su actividad y también como concepto. Estamos en un
momento de cambios. Y el software libre está en el centro de estos
cambios.
Izquierda que no vea esto, no es izquierda.
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